–    Cuáles son los objetivos del consejo? ¿Quién lo conforma?

El Consejo Asesor de las Personas Mayores de Barcelona es un órgano consultivo que se ocupa de velar por el buen sistema de vida de las personas mayores, en este caso, de Barcelona. Lo conforman 57 entidades en representación del tejido asociativo y de los distritos, representantes de los partidos políticos que participan del Consejo Municipal, y además hay 10 personas que colaboran a nivel individual dada su relevancia e incidencia en el trabajo, las ayudas y la toma de decisiones dentro del propio Consejo.
Se trabaja a partir de Plenos, que son dos como mínimo a lo largo del año, en el que se expone todo el trabajo que se está desarrollando desde el Consejo, se aportan y explican políticas que tienen que ver con las personas mayores, se plantean nuevas ideas y proyectos a implementar, y también se aprueban proyectos que ya se han presentado previamente.
Las propuestas pueden venir por dos vertientes: desde la propia administración, que nos trasladan una problemática o carencia, y nos piden qué podemos hacer o bien como lo resolveríamos; o también por propia iniciativa de los equipos de trabajo del Consejo, que detectan necesidades en ciertas zonas, territorio, barrios .

–  Qué actividades o proyectos se están desarrollando actualmente?

Estamos implicados en tres grandes proyectos actualmente: “Barcelona, ​​Ciudad Amigable”, que se puso en marcha en 2006 y las conclusiones se incorporaron como herramienta dentro del 2012 al Plan Municipal sobre las Personas Mayores del Ayuntamiento de Barcelona y que se implementan durante 4-5 años para después hacer la evaluación y revisión correspondiente, que es la etapa en la que nos encontramos ahora mismo. El otro proyecto se llama “Somos grandes … y qué?”, ​​Que tiene por objetivo el empoderamiento de las personas mayores y donde juega un papel fundamental el planteamiento del envejecimiento activo, pero también afrontamos temas como el maltrato, la soledad, la igualdad, la vulnerabilidad … y también estamos incidiendo mucho en un proyecto que denominamos “Participación”, y que es un tema tanto imprescindible como transversal ya que se trata de poder dar voz y a la vez administrar y visibilizar la opinión de la gente mayor en grandes temas y áreas en las que son usuarios, como el ámbito social, el transporte, el envejecimiento activo, las residencias, o temas técnicos y de organización.

–    Desde su punto de vista cuáles son las principales problemáticas que afronta el colectivo de las personas mayores en la actualidad?

La actualidad desgraciadamente nos obliga a hablar de las pensiones, que no es de competencia municipal, pero que sí genera una problemática derivada que pide estructurar intervención y destinar recursos y medidas, como por ejemplo es el caso de la renta de inserción, que llega a estar por debajo del umbral de la pobreza. Otra problemática es la vivienda y su garantía vía una política social que asegure este compromiso. Precisamente la relación entre las pensiones y las rentas, y el precio de los alquileres o los impuestos están generando situaciones muy difíciles de sostener. Otro gran tema son las residencias, tanto públicas como privadas (aunque en las primeras hay más margen para incidir en sus gestiones), con las condiciones, los ratios de cuidadores … Otro tema desgraciadamente candente son los malos tratos familiares, que pasan … y más de lo que queremos y de lo que nos gustaría admitir. También existe la desigualdad, tanto el género como en casos de colectivo LGTBI. A los problemas generacionales ahora también tenemos que incorporar un foco de tensión como es el tema político, que genera discusiones y problemas relacionales y de convivencia. Y un tema por encima de todo, que es la soledad, que en algunos casos los médicos acreditan que puede llevar a la muerte. Todos ellos son problemas complejos y ninguno de ellos tiene una solución sencilla.

–    Cuestiones que hasta hace poco no estaban contempladas cómo por ejemplo la soledad, la discriminación, los malos tratos…se están combatiendo adecuadamente?

Hay muchos de estos problemas que ahora se habla pero que en realidad siempre han estado presentes, lo que pasa es que desgraciadamente no cogen notoriedad hasta que no pasa nada grave que “obliga” a actuar o porque llega a los medios de comunicación.

–    Como definiría usted el envejecimiento activo?

Yo lo considero un proyecto a la vez particular y social que debe ir encaminado al fortalecimiento personal. Son acciones que empezamos para aplicar a uno mismo en primera instancia o que desarrollamos por iniciativa propia, y si de paso ayudamos a los demás y mejoramos la comunidad, mucho mejor. La filosofía sería ésta, y a partir de ahí se puede aplicar a muchos ámbitos: en el plano físico, en lo productivo … Ser viejo es una condición, no una enfermedad. Y hay que vivir así, cada uno en la medida de lo posible.

–    Hay una recesión en cuánto a los derechos de la 3era edad? Se han perdido necesidades que antes estaban cubiertas?

Sí. En casos como las ayudas, las residencias como recurso, la sanidad … La garantía económica que supone una pensión cada vez está más en entredicho con políticas privatizadoras como el co-pago, por ejemplo. Lo que habíamos conseguido décadas atrás, con la excusa de que no hay dinero, poco a poco, paulatinamente, se va limando. Pero esto no ocurre sólo en el ámbito de las personas mayores.

–    Parece pues inevitable hablar del tema de las pensiones. Como valora la evolución, los cambios y la dirección que se está emprendiendo con este recurso, que cada vez es más indispensable para la inmensa mayoría de la gente mayor?

En primer lugar, lo que no tiene ninguna lógica es que una fórmula de cálculo del año 65, que era una buena idea planteada en una situación de bonanza, siga vigente. Lo normal es que ahora termine mal. Y por qué? Pues porque de este fondo se han cogido dinero siempre que ha querido, como si fuera un recurso normal. Incluso se ha normalizado que el mismo fondo de las pensiones sufrague la estructura de la administración y sus costes. Es decir, los funcionarios que trabajan en el Insalud no se pagan con los Presupuestos Generales del Estado, sino con los propios fondos de las pensiones.
Las pensiones son un compromiso social que el Estado debería garantizar, y no siempre parece que lo sea. Si se aplicaran bien otros recursos impositivos, como por ejemplo en las grandes empresas, a las grandes fortunas o los sueldos muy altos en lugar de reducirlos la carga fiscal, no habría problemas económicos como para tener que recurrir a sacar partidas de las pensiones, que es una medida que no se debería ni plantearse. Administrando bien los recursos, el posible déficit de las pensiones no existiría seguramente.
Y en cuanto el futuro, los nuevos cálculos y fórmulas que afectarán a las nuevas generaciones, no permiten ser nada optimistas ya que penalizarán aún más los nuevos pensionistas.
Evidentemente se debe revisar y actualizar todo, pero también se debe tener la voluntad de garantizar el sistema de pensiones.

– ¿Qué lectura hace de las recientes movilizaciones de los ancianos?
Somos partidarios de hacer presión a los políticos con manifestaciones populares, ya que la gente debe poder reivindicar lo suyo. Sin estas movilizaciones que hagan evidente el malestar del pueblo, desgraciadamente no habrá reacción por parte de los dirigentes.
Hay una corriente que plantea crear un partido de la gente mayor, dada la masa de votos que supone la gente mayor en la actualidad (representa el 25% del electorado), pero creo que el sistema no le interesa nada eso. Tampoco considero que sea una buena opción, porque el camino a seguir no creo que pase por generar una discriminación positiva hacia la tercera edad. Ahora bien, hay que recordar que el 2019 habrá elecciones y habrá que ser responsable con el voto.

– La esperanza de vida cada vez se alarga más y la sociedad cada vez tiene una media de edad más alta… ¿Cuál es la percepción del papel y el encaje de las personas mayores en nuestra sociedad actual? Estamos en camino de construir una sociedad cada vez más inclusiva, sensible y amable con la 3ª edad y que aprovecha todo lo que pueden aportar las personas mayores, o más bien al contrario?

De nuevo soy pesimista. Es preocupante el tema de fondo: la educación. El respeto a las personas mayores y en sus condiciones, se ha perdido. Y esto es un tiene que ver con la educación y los valores. La individualidad y el estar uno por delante y por encima de todo genera que nadie se preocupe ya por una persona mayor, y esto, en términos generales, desgraciadamente es un hecho. El aumento de los malos tratos son la prueba. Los planteamientos individualistas, capitalistas y neoliberales que se inculcan en la sociedad, en las universidades … no es un problema que afecte sólo a las personas mayores, sino a la sociedad en general ya que no genera un proyecto colectivo solidario. Evidentemente esto genera un efecto contrario, y por suerte hay juventud que me hace tener esperanzas porqué luchará por los derechos de las personas, las personas mayores incluida.