Jordi Muñoz, abogado, es presidente del la Comisión de los Derechos de las Personas Mayores del Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) y miembro de EIMA (Asociación para la Investigación del Maltrato a las Personas Mayores).

 

  1. 1. Cuando hablamos de maltrato a las personas mayores, ¿de qué estamos hablando exactamente?

No existe una definición clara sino que tenemos muchas definiciones. Por ejemplo, si buscamos en Google encontraremos cincuenta definiciones diferentes y esto, lo que evidencia, es que todavía no tenemos el problema muy definido. El maltrato incluye violencia (agresión y uso de la fuerza), abuso (de poder y de confianza) y comprende las situaciones en que una persona mayor sufre las consecuencias de la omisión en la recepción de las ayudas básicas necesarias como comer o vestirse y la negación de sus derechos como puede ser decidir.

  1. 2. ¿Cuál es el tipo de maltrato más común?

Existen varios tipos de maltrato a una persona mayor: se puede tratar de una acción física o bien que alguien se aproveche de una situación de abuso de superioridad, de poder o de confianza. Los más habituales son el económico, el psicológico, el abandono y la vulneración de derechos.

“Los maltratos más habituales son el económico, el psicológico, el abandono y la vulneración de derechos.”

  1. 3. No existe una estadística fiable de personas mayores maltratadas en Cataluña, pero según tu experiencia, ¿cuál podría ser esta cifra?

El problema es que no existen estudios de campo que den a conocer el número de personas en concreto y, además, las pocas investigaciones que hay detectan un tanto por ciento muy pequeño. Recientemente, la OMS publicó un comunicado de prensa que decía que el 10% de personas son maltratadas. Por mi parte, recibo constantemente consultas de profesionales que me llaman para pedir asesoramiento y lo que puedo percibir es que entre el 15% o 20% de la población puede estar sufriendo algún tipo de maltrato. Por otro lado, las administraciones y las entidades trabajan cada vez más en este tema y esto provoca que cada vez tengamos más herramientas para detectar estas situaciones y por eso este número está creciendo, es decir, ahora vemos situaciones que ya existían pero no detectábamos.

  1. A menudo, las personas mayores que sufren maltrato lo viven en silencio y no se atreven a denunciar o a pedir ayuda, ya sea porque tienen vínculos familiares, emocionales o dependencia (en algunos casos también económica) de la persona que los cuida. Ante esta situación de silencio, ¿qué indicadores nos pueden hacer pensar que una persona sufre maltrato?

Primero tenemos que ver, por ejemplo, si la persona tiene algún entorno o compañía o de apoyo y si se encuentra cómoda y a gusto en este entorno. Alguien que habitualmente no sale de casa, que no tiene relación con la comunidad, con los amigos o con la red de comercios, puede empezar a hacernos sospechar que algo está pasando. Por eso es importante que se mantengan siempre a las personas mayores conectadas con el resto de la sociedad y con algunos profesionales. Si alguien está aislado existe una probabilidad importante de sufrir algún tipo de maltrato. También puede ser una víctima aquella persona que sentimos que grita o le gritan en una vivienda, la que tiene un mal aspecto físico porque puede estar desnutrida, deshidratada o desatendida, y muchas veces, la que tiene mucha dependencia hacia a alguien de su entorno. Por ejemplo, una persona mayor que acude a una entidad bancaria acompañada con alguien que normalmente no iba o que hace movimientos de dinero que habitualmente no hacía. La cuestión es que todo esto provoca que la sociedad tenga que estar con los ojos muy abiertos para poder apoyarlos.

“Es importante que se mantengan siempre a las personas mayores conectadas con el resto de la sociedad porque si están aisladas existe una probabilidad importante de que sufran algún tipo de maltrato.”

  1. 5. ¿Qué tenemos que hacer y cómo tenemos que actuar si conocemos una persona mayor que sufre maltrato?

Cualquier persona que tenga la sospecha, ya no la confirmación, sino sólo la sospecha de que alguien esté sufriendo maltrato, le aconsejo que contacte con los servicios sociales, con la red de salud o con los cuerpos de seguridad. Estas tres instituciones están capacitadas, formadas y tienen conocimiento para hacer una valoración y detectar si realmente existe un maltrato o no. Pero insisto en que actuemos nada más tener la sospecha. A veces pensamos que lo que pasa en una casa es un tema de privacidad o de intimidad y no siempre es así. Por ejemplo, en el caso de la violencia de género, si hace 20 años no nos hubiéramos “adentrado” en estos hogares habrían muchas más mujeres muertas y maltratadas. Y aún así todavía estamos mal y existen muchos casos para resolver. Lo que quiero decir es que con las personas mayores tenemos que hacer exactamente el mismo: romper esta barrera de intimidad y privacidad y actuar.

  1. ¿Qué recursos específicos hay en nuestro país para poder ayudar a las personas mayores a prevenir, detectar y denunciar un maltrato?

Es indispensable que la gente conozca cuáles son sus derechos, las medidas de protección y que las utilicen para prevenir. También es importante concienciar a la sociedad de que todas las personas mayores tienen que ser respetadas. Además, existen varias campañas como el “Trátame bien”, que empezó en el Solsonés, y que consiste en sensibilizar a comercios, escuelas y sociedad mediante unos cuentos y unas obras de teatro, que exponen cuáles son los valores que tenemos que tener y qué supone ser una persona mayor. También podemos prevenir haciendo que las personas mayores estén constantemente en programas, casales y relacionándose con la comunidad. Para detectar y denunciar se tiene que hacer lo que hemos dicho antes: contactar con profesionales.

  1. ¿Cómo se puede proteger de posibles maltrato a las personas mayores que tienen un deterioro cognitivo?

Cuando tenemos constancia de que alguien tiene un deterioro cognitivo, en el sentido de que por sí mismo no puede realizar determinadas actuaciones porque no es consciente de lo que está sucediendo ni a nivel personal, ni a nivel de salud, ni a nivel económico, esta persona dispone de una protección especial. Aquí sí que tenemos muchos recursos a nivel legislativo como el procedimiento de modificación de la capacidad, coloquialmente conocido como incapacitación. También existen medidas cautelares o ingresos involuntarios. El sistema legislativo es realmente protector pero lo que hace falta es poner en conocimiento que esta persona sufre un deterioro cognitivo. También tenemos que contar con el apoyo de los juzgados. En este sentido los procedimientos judiciales tendrían que ser más rápidos y más ágiles. Yo, como abogado, entiendo que están colapsados, pero igual que priorizamos situaciones como la violencia de género también tendríamos que priorizar cuando la víctima o persona a proteger es una persona mayor.

  1. La soledad es uno de los principales problemas que viven las personas mayores. ¿El abandono de un familiar (hijo/a, nieto/a, hermano/a) respecto a una persona mayor se puede considerar un maltrato?

El tema de la soledad y, más que la soledad, el aislamiento es un factor de riesgo importante. Vivir solo puede ser una opción de vida o una situación que te corresponde. Lo que se tiene que hacer en este caso es estar siempre en contacto con la gente porque si pierdes el contacto es cuando existen más posibilidades de sufrir un abuso o un maltrato. Es importante que todo el mundo sepa que existe el Proyecto Radars o varios programas que lo que hacen es ponernos en alerta para que vigilemos a estas personas que se encuentran o se sienten solas. Otra cosa es el abandono que sí que se considera un maltrato. El tema es si este abandono tiene una consecuencia jurídica sancionadora o no la tiene. Para que haya un abandono, legalmente se considera que la persona tiene que tener un deterioro cognitivo. Si yo estoy bien cognitivamente y mis hijos no se relacionan conmigo no se considera que esté abandonado a nivel legislativo. La legislación considera abandono cuando es externo, es decir, cuando te dejan fuera de casa o en la calle siempre que haya deterioro cognitivo. Pero si yo estoy en mi casa y no me vienen a ver, no condenarán a nadie por eso. A veces me preguntan: “¿Los hijos tendrían la obligación de cuidar legalmente?”. Yo creo que no sería bueno porque una cosa tan importante como el hecho de cuidar no puede ser forzado. Nos tendríamos que plantear más asumir responsabilidades y no que nos impongan las cosas porque un país que tiene muchas imposiciones es un país que no funciona.

  1. El edadismo (discriminación a las personas mayores por la edad) es una de las tres grandes formas de exclusión de nuestra sociedad, justo detrás del racismo y el sexismo. ¿Por qué crees que está aceptada socialmente?

El otro día estuve en un acto y una periodista importante no conocía la palabra edadismo y, de hecho, es un término muy antiguo pero a nivel social no se conoce. Esto evidencia que no existe una sensibilidad hacia este colectivo. Yo pienso que discriminamos a estas personas mayores porque les hemos puesto una serie de etiquetajes negativos. Los vemos como personas improductivas, que son una carga, o que generan gasto sanitario y, por lo tanto, no consideramos tan malo que se los maltrate. El otro día leía un artículo que explicaba que a los cuatro o cinco años los niños ya perciben este edadismo porque les van llegando mensajes del tipo: “La abuela anda lento.”, “Es que son unos pesados.” o “Este fin de semana tenemos que ir a verlos porque después dicen que están solos.”. Esto genera un concepto negativo para que piensen: “¡Uff! Un viejo.” y esto es el que tenemos que ir cambiando. De hecho, cuando vemos los anuncios de televisión, todo es tema anti-envejecimiento como si envejecer fuera una cosa mala y de hecho es un proceso natural; desde que sales de la barriga estás envejeciendo.

“La palabra edadismo es muy antigua pero a nivel social no se conoce y esto evidencia que no hay una sensibilidad hacia este colectivo.”

  1. ¿Existen patrones culturales generadores de conductas maltratadoras o un perfil de persona maltratadora?

Algunos estudios nos dicen que este maltrato muchas veces viene de un entorno familiar o cuidador. Mayoritariamente los maltratadores son hombres y las víctimas son mujeres. En este caso observamos un elemento cultural ya que históricamente la mujer siempre ha sido más maltratada y sometida. Otro perfil maltratador son las personas que tienen algún tipo de trastorno o enfermedad mental o algún tipo de adicción: alcohol, drogas o juego. Después también está el tema de las relaciones familiares conflictivas y el tema económico. Estos son los parámetros que se acostumbran a incluir en los estudios pero bien es verdad que la variedad de perfil maltratador es muy amplia. De hecho hay gente en la calle y grupos organizados que se dedican sólo a eso: a buscar personas mayores para aprovecharse de ellas puesto que son más frágiles a nivel físico y tienen una capacidad de reacción más lenta. Aquí la suerte que tenemos es que los Mossos d’Esquadra están trabajando mucho el tema de los abusos a las personas mayores mediante charlas, cursos para sensibilizar, vigilancia o planes de seguridad y es algo que cada vez crece más.

  1. A nivel legal, existe una ley de protección de la infancia y una ley contra la violencia de género pero no hay una ley de protección a las personas mayores. Cuando se produce un maltrato o abuso a una persona mayor es imprescindible acortar los plazos judiciales y priorizar, cuando sea necesario, este tema delante de otros. ¿Cómo se podrían agilizar los procesos judiciales?

Sí que sería necesario tener una ley específica para las personas mayores y, de hecho, en Andalucía ya existe. Esto sería bueno porque marcaría unos parámetros y unos mínimos para tener coberturas de necesidades. Ahora bien, si hacemos una ley, tiene que venir acompañada de recursos porque existe una tendencia a hacer leyes para quedar bien pero si no tienen un complemento presupuestario ni recursos no sirven de nada. Por otro lado está el tema de los procedimientos judiciales, un mundo bastante poco sensible respecto a las personas mayores, y una de las cosas que se tendrían que hacer es agilizar estos procesos. Por ejemplo: una persona que está sufriendo un deterioro cognitivo, considerado un procedimiento de urgencia, no puede ser que tenga que esperar cuatro o cinco meses para obtener medidas cautelares. Yo me he encontrado con procedimientos con una sentencia definitiva del Tribunal Supremo a los cuatro o cinco años y claro, entre medio, se ha muerto la persona. Por lo tanto tendríamos que priorizar todos estos procedimientos judiciales cuando hay un riesgo o una urgencia.

  1. En los casos de violencia de género o a menores de edad, hay dispositivos y centros de protección y de acogida. ¿Existe este tipo de protección para las personas mayores?

Como recursos disponemos de varios protocolos, guías y servicios aunque son muy precarios estos últimos. Para niños y mujeres disponemos de muchos recursos para apoyarlos pero no para personas mayores. Por ejemplo: existen casas de acogida para mujeres maltratadas y hogares para niños maltratados pero una persona mayor no tiene ningún recurso alternativo. No tenemos viviendas para personas en riesgo o maltratadas. Y tenemos que buscar esta alternativa para que la persona tenga un sustitutivo de su hogar o que dentro de su casa disponga de apoyo para evitar el maltrato.

  1. En nuestra sociedad, cada vez se habla más y se toma conciencia de conductas abusivas y maltratadoras que siempre han existido como el bullying, el mobbing o los abusos a menores, entre otros. De hecho, están considerados problemas sociales graves. ¿Por qué de los maltratos a las personas mayores se habla poco? ¿Qué mecanismos se tienen que activar para que la sociedad tome conciencia de este problema?

De hecho del maltrato se habla poco por cosas que hemos comentado antes como el tema del edadismo. No existe una conciencia social y esto sucede porque cuando hablamos de maltrato pensamos en algo muy agresivo o muy intimidador. Pero, en muchas ocasiones, el maltrato a una persona mayor a veces es más rebuscado, más de por detrás, más de pequeñas cosas que quedan silenciadas dentro de las relaciones personales y lo que tenemos que hacer es aflorar todas estas situaciones. Por lo tanto, la manera de concienciar a la gente es mediante campañas de sensibilización y, sobre todo, empezar desde que somos pequeños. Estoy seguro de que si preguntamos cuál es el día del maltrato a las personas mayores un 80% o 90% no sabría ni que existe, ni qué día es, que por cierto es el 15 de junio. Realmente este día afecta a un tanto por ciento muy importante de nuestra población y está totalmente silenciado. Podemos contar con una mano todos los inputs mediáticos de los últimos cuatro o cinco años con referencia a este día. Y esto evidencia que no hay una conciencia. Tenemos que dar más pasos e ir a otro ritmo porque las personas mayores no tienen mucho tiempo para recuperarse. Sólo por estadística la media de vida de los hombres es de 80 años y de las mujeres de 85. No hay mucho tiempo; si estoy siendo maltratado necesito una respuesta… ¡ya!

  1. 14. ¿Crees que en un futuro no muy lejano, en un cambio generacional, las personas mayores estarán más concienciadas y se atreverán a denunciar cualquier manifestación de maltrato?

Yo no soy científico y sólo puedo hablar de percepciones. Creo que con los cambios generacionales, los que tengan la suerte de llegar a hacerse mayores, se harán respetar más o tendrán más tendencia a reivindicar cuando no sean bien tratados. Posiblemente las personas mayores de hoy en día han nacido dentro de un ámbito social y cultural muy protector de su entorno. Y seguramente las generaciones de más adelante pondrán más límites o pedirán apoyo a los profesionales porque han tenido otra formación a nivel social y cultural. Muchas personas mayores actuales han vivido la cultura de la obligación y no del derecho y esto lo han arrastrado a lo largo de su vida. Por lo tanto es difícil que a los 70 años manifiesten esta cultura de reivindicación.

“Seguramente las próximas generaciones cuando se hagan mayores pondrán más límites o pedirán apoyo a los profesionales porque han tenido otra formación a nivel social y cultural.”

  1. ¿Cuál fue el motivo por el cual te especializaste como abogado defensor de las personas mayores?

El comienzo fue por casualidad. En el año 1993 me surgió la posibilidad de trabajar como abogado en un gremio de residencias y al conocer las situaciones de las personas mayores pensé: “Hay muchos derechos que no se respetan y hace falta mucho trabajo para llegar a conocerlos y potenciarlos.”. Fue en este momento cuando empecé a profundizar, a ver qué es lo que hacía falta, qué situaciones podíamos mejorar y me empezó a apasionar. Es decir, mi pasión son los derechos y los maltratos a las personas mayores y mi objetivo como entidad es desaparecer porque el día que la entidad no exista significará que ya no habrán maltratos, aunque va para largo pero tengo la esperanza de que poco a poco vayamos a mejor. Pero es cierto que no llevaba dentro este mundo de las personas mayores desde el inicio pero cuando lo conocí me enganchó porque lo vives mucho. De hecho, el día que no lo viva dejaré de dedicarme a esto. O tienes pasión o no lo hagas porque éste no es un tema para ganar dinero.