Entrevista a Anna Pons

Dietista nutricionista y tecnóloga de los alimentos.

Anna Pons es cofundadora del Instituto de Asesoramiento Dietético y Nutricional, desde donde además de hacer asesoramiento para ayudar a las personas a perder peso, asesora a colectivos, especialmente personas mayores, a mejor sus hábitos alimentarios. Esta dietista nutricionista, junto con el resto de profesionales que conforman esta consultoría ofrece formación en las escuelas y centros geriátricos para divulgar la importancia de seguir una buena alimentación.

Pero que pasa cuando nos hacemos mayores? ¿Hay que comer lo mismo que antes? Es fácil modificar nuestros hábitos alimenticios cuando llegamos a ciertas edades? Anna Pons nos cuenta algunos secretos y nos ayuda a romper con algunos tópicos y mitos en torno a la alimentación.

Hay que cambiar la alimentación cuando uno se hace mayor?

No es necesario si no hay ningún cambio en el estado de salud y no hay ninguna enfermedad que aparezca en esta edad. Lo que sí hay que cambiar son las cantidades. Debemos comer los mismos nutrientes, comer poco y más a menudo. Debemos ser conscientes de que a partir de los 70 años nuestro cuerpo quema un 30% menos de energía, es decir que aquellos kilos que hemos ganado de más costará mucho más perderlos.

Es necesario entonces, hacer cambios previos?

Sí, el cuerpo va cambiando. Necesitamos los mismos nutrientes, pero nos tenemos que ir preparando, especialmente a partir de los 50 años

Las personas cuando llegan a la jubilación, habitualmente a los 65 años, abren una nueva etapa. Puede ser un buen momento para repensar la alimentación y mejorarla?

Efectivamente, la persona tiene más tiempo libre y esto puede ayudar a hacer cambios a la hora de comprar, de dedicar tiempo a cocinar y sobre todo a analizar cómo y de qué manera compartimos la comida. Es verdad que nos encontramos con muchas mujeres que durante su etapa laboral sólo han podido compartir una comida con la familia y ahora se les abre la posibilidad de tener más espacios para ser más conscientes de la alimentación.

¿Qué puede ayudar a hacer más fácil los cambios alimentarios y ayudarnos a comer más sano?

Hay que aprender a organizarse y es importante cocinar con menos grasa añadida, por ejemplo utilizar el microondas, poder anticipar y hacer sofritos y bases para poder congelar para que la alimentación siga siendo planificada. Hacer el menú semanal planificado es un buen truco.

 

“No es bueno saltarse la cena,

Por que el cuerpo necesita nutrientes”

 

¿Cuál es el principal error que comete la gente que se hace mayor con la alimentación?

Existe la creencia de que es mejor no cenar y eso no es verdad. Aconsejamos no saltarse esta comida, porque puede que entonces nos falten algunos nutrientes. Debemos recordar que durante todo el día hay que incorporar dos raciones de verdura y tres de fruta.

“Recomendamos no

estar más de tres horas en ayunas”

 

¿Cuántas comidas hay que hacer?

Recomendamos no estar más de tres horas en ayunas. Hay que hacer un buen desayuno y también merienda.

¿Cuándo la persona se hace mayor come menos?

Si. Es así, para que el cuerpo tiene menos requerimiento de energía, pero hay personas mayores que son muy activas físicamente. Siempre debemos recordar que la cantidad de comida en relación con la actividad que hacemos.

 

Para la gente mayor cuál es la comida clave?

La comida principal es el almuerzo, entre un 30% y un 35% de la energía la consumimos durante el almuerzo. El desayuno y la cena deben tener las mismas kilocalorías.

 

Los expertos alertan de que cada vez más en nuestro país se está abandonando la dieta mediterránea. ¿Pasa al mismo con la gente mayor?

En el caso de las personas con más edad, aunque se conserva muy el hábito de comer pan y este es un alimento que debe estar siempre presente. En muchos hogares aún se mantiene esta dieta mediterránea y sobre todo entre la gente mayor. Es por eso que las personas mayores tienen un papel primordial a la hora de transmitir este conocimiento y de inculcar hábitos alimenticios saludables a los nietos. Hay que reforzar el consumo de legumbres, ya son una fuente de proteína vegetal. Deberíamos tomar entre dos y cuatro veces a la semana y los ancianos conocen muchas recetas y pueden ser unos grandes transmisores.

 

En el caso de personas ingresadas en residencias, hay que plantear una dieta para cada patología, por ejemplo una dieta para hipertensos, para diabéticos?

Si tenemos un menú equilibrado -con fibra, con verdura, con fruta- este mismo menú hay que hacer pocos retoques para las dietas. En cada comida, es necesario que la mitad de los nutrientes sean verduras, un cuarto farináceos y demás alimentos proteicos. Es importante no abandonar ningún grupo de alimentos.

 

Los malos hábitos a lo largo de la vida se pueden reconducir de mayor?

Los cambios se pueden hacer en cualquier momento de la vida y las personas mayores están muy abiertas, porque vinculan la salud con la alimentación. De todos modos, hay que decir que el cuerpo tiene memoria y por lo tanto, a menudo, la persona que había hecho muchas dietas y que había tenido muchas fluctuaciones de peso, debe ser consciente de que no será fácil. Hay que plantearnos retos realistas, hay que ver cuál ha sido el peso habitual y qué es lo que convendría.

Cuáles son las claves de la persona mayor para llevar una alimentación saludable?

Hay que recordar que beber líquidos, hacer una alimentación rica con orígenes vegetales y cada día necesitamos movernos y ser activos, salir a pasear o bajar y subir escaleras, y también compartir las comidas. Es bueno comer despacio y ser conscientes de lo que comemos. Hay que recordar que comida no deja de ser un ritual.