La falta de recursos y un convenio precario dificultan el trabajo de los trabajadores de la dependencia.
España es el segundo país del mundo con una esperanza de vida más alta, tan sólo superado por Japón. La mejora en la calidad de vida ha impulsado el envejecimiento de la población, pero la crisis económica ha recortado las partidas que iban destinadas a cuidar ancianos. Como consecuencia, las listas de espera para acceder a una plaza pública dentro de una residencia se han ido alargando con el paso de los años. Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, los abuelos de la capital catalana tienen que esperar una media de 30 meses para obtener una plaza. Y en el otro lado están los trabajadores del sector: según datos de la Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato agrupa alrededor de 40.000 empleados en Cataluña. Trabajan bajo un convenio que califican de “precario” y tienen unas condiciones de trabajo que no han parado de retroceder.
Fuente: convenicatalageriatria.blogspot.com
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