La Guardia Civil les ha investigado por la muerte “repentina” de una anciana, aunque su incineración ha impedido seguir indagando
María Babes murió de manera repentina y extraña en un coche, sin más testigos que sus cuidadores. Apenas 24 horas después, la pareja que atendía a esta anciana de 101 años estaba detenida. Para ese entonces, el cadáver de la mujer ya se había incinerado, su cuenta estaba tiritando y su herencia se había modificado. Babes se convirtió en la última víctima de unos supuestos estafadores que encerraron, drogaron y maltrataron a siete ancianos a los que descapitalizaron para hacerse con un botín de 1,8 millones de euros, según ha explicado este jueves la Guardia Civil de Cádiz.
Fuente: elpais.com
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