Fuente: La Vanguardia
En Cataluña viven 1.379.000 personas de más de 65 años. Son las víctimas idóneas para los delincuentes sin escrúpulos que no dudan en aprovecharse de su vulnerabilidad. El mes pasado, los Mossos d’Esquadra desarticularon dos organizaciones criminales cuyos miembros se hacían pasar por revisores del gas y accedían a casas de personas mayores con la intención de engañarles y robarles. Estas estafas empezaron con fuerza hace cuatro años y es un delito que ha ido en aumento. De hecho, se producen muchos más delitos de los cuales retratan las cifras oficiales porque a la gente mayor le cuesta superar la barrera del pudor, la vergüenza y el miedo y no lo denuncia.
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