La invisibilidad de la sexualidad en la tercera edad
La viudedad es uno de los motivos por los que muchas mujeres dejan de tener cualquier contacto con el sexo. Pocas ancianas, además, reconocen usar juguetes sexuales, aunque luego sepamos que el 63% de mujeres tiene alguno en su casa. En muchos entornos, quedarse viuda significa salir del espectro sexual. Y ocurre mucho más cuanto más anciana es la mujer. La intimidad es una de las variables que determina la sexualidad en la senectud. Las mujeres, en residencias de mayores, aunque estén en plenas facultades, sean responsables y totalmente independientes, la mayoría no pueden intimar en sus habitaciones porque no lo permiten. Ni tener contacto físico, arrumacos, besos o caricias. A los hombres, las normas sociales los apoyan. ¿Por qué? Porque son los que reciben los cuidados, y si lo recibe de una mujer, está bien visto. Los hijos se preocupan menos si su padre, viudo, está acompañado”. La gestión de la pérdida de la persona amada también es otra de las variables a tener en cuenta, porque se trata de tener la capacidad de sentir otra afectividad, no de sustituir ninguna y mucho menos la que nos hizo tan feliz.
Fuente: El País
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