“El robot humanoide Arkeo no sustituye a una persona, pero puede estar ahí cuando más se necesita: escuchando, estimulando, motivando, acompañando.”
Erwan Molina es una de esas personas que combinan visión, sensibilidad y tecnología para dar respuesta a grandes retos sociales. Nacido en Francia, de padre catalán y afincado desde hace años en Cataluña, Molina es uno de los fundadores de la startup emergente que actualmente se encuentra en pleno proceso de rebranding bajo el nombre de Arkeobots. Junto a sus socios, Thomas Samson (CTO) y Adèle Zoaeter (COO), ha creado Arkeo, un robot diseñado para acompañar a las personas mayores y combatir la soledad no deseada.
Con una trayectoria que transita entre la innovación tecnológica y el compromiso social, Molina ha sabido rodearse de un equipo multidisciplinar que cree firmemente que la tecnología puede —y debe— estar al servicio del bienestar. Este mayo, en el marco de FiraGran 2025, Erwan y su equipo presentarán un prototipo bastante avanzado ya de Arkeo. Y es que, a pesar de tener ya la tecnología muy avanzada, los jóvenes emprendedores siguen buscando inversores para conseguir lanzar el robot al mercado este mismo 2025 y a un precio bastante asequible: “porque no tendría sentido hacer un robot inaccesible económicamente para la mayor parte de esos mayores que viven solos”.
- Erwan, este mayo en FiraGran lo podremos ver, pero avánzanos brevemente qué es Arkeo y cómo surgió la idea de crearlo.
Arkeo es un robot social creado para acompañar a las personas mayores y combatir la soledad no deseada. La idea surgió a partir de una historia muy personal: mi abuelo Valeriano Molina Mateos fue un hombre trabajador, fuerte e independiente toda su vida, primero en España y luego en Francia. Pero tras perder a su esposa a los 58 años, decidió volver a España, donde se encontró aún más aislado.
Mi familia se trasladó para cuidarlo, pero al llegar nos dimos cuenta de que no solo era una cuestión de movilidad o de caídas: estaba perdiendo capacidades cognitivas, había dejado de hablar francés y ya no se atrevía a salir de casa.
Ahí nació Arkeo: un compañero humanoide que puede hablar, escuchar, acompañar emocionalmente, recordar citas, y sobre todo, crear vínculos auténticos con quienes más lo necesitan. - Efectivamente, Arkeo es un robot diseñado para combatir el aislamiento social de las personas mayores. Pero, ¿cómo pensáis que una persona mayor que se siente tan alejada de los avances tecnológicos puede interactuar con Arkeo?
Arkeo ha sido diseñado para que cualquier persona pueda interactuar con él sin conocimientos tecnológicos. No requiere pantallas, botones ni aplicaciones. Basta con que la persona esté cerca o diga algo, y Arkeo reconoce su presencia para iniciar una interacción.
Lo más valioso es que no es necesario pedirle nada: Arkeo actúa por iniciativa propia, detecta el momento adecuado y puede empezar una conversación, proponer una videollamada, enviar un mensaje o invitar a realizar una actividad saludable.
Por supuesto, la persona también puede dirigirse a él en cualquier momento, como si hablara con un amigo cercano.
Con el tiempo, Arkeo se convierte en parte de la rutina, en una compañía familiar y reconfortante. - En concreto, ¿qué funcionalidades tiene Arkeo que lo hacen especial para acompañar a las personas mayores en su día a día?
Arkeo cuenta con múltiples funcionalidades diseñadas específicamente para acompañar a las personas mayores: conversación natural, recordatorios personalizados, llamadas y mensajes, detección emocional, estimulación cognitiva, propuestas de actividad física y conexión con la familia.
Cada robot es único y se adapta a la personalidad, el ritmo y las preferencias del usuario. A través de sus interacciones y su memoria personalizada, Arkeo aprende cómo acompañar mejor a cada persona. - Por ejemplo, si detecta que alguien lleva varios días más callado de lo habitual, puede iniciar una conversación amable, preguntarle cómo se siente y sugerir una videollamada con sus nietos. Si percibe señales de tristeza, puede contarle una historia agradable, proponer un juego o incluso invitarle a salir a caminar.
- Arkeo está todavía en una fase inicial. Pero ya lo habéis testado. ¿Cuál es la reacción de las personas ante este robot? ¿Has notado alguna reacción sorprendente?
Aún no hemos podido hacer muchas demostraciones, ya que el robot sigue en desarrollo, pero la idea detrás de Arkeo genera mucho interés y empatía. En ferias o presentaciones, muchas personas se nos acercan para contarnos su experiencia con la soledad, especialmente en relación con sus padres o abuelos. Nos dicen que se sienten identificados con el problema, que algo así hace falta, y que deberíamos seguir adelante.
Eso para nosotros ha sido muy poderoso: ver que más allá de la tecnología, lo que realmente conecta es la emoción y la necesidad de cuidar a quienes ya cuidaron de nosotros. Ese apoyo es lo que nos da fuerzas para continuar. - ¿Cuáles son los principales retos que habéis afrontado en el desarrollo de Arkeo?
Uno de los mayores retos ha sido crear una tecnología muy avanzada que se perciba como algo cercano, sencillo y humano. Arkeo integra inteligencia artificial, sensores, reconocimiento emocional y algoritmos de decisión, pero todo está pensado para que la experiencia sea natural, como si se hablara con un amigo de confianza.
También queríamos que Arkeo fuera accesible. Vengo de una familia de abuelos obreros, trabajadores que han dado toda su vida por los suyos, y para mí era importante que este robot no fuera solo para unos pocos. Hemos trabajado para que su precio esté en torno a los 4.000 €, muy por debajo de otros robots sociales que llegan a costar 10.000 o 15.000 euros. - ¿Cómo crees que la tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas mayores?
Bien usada, la tecnología puede ser un puente y no una barrera. Puede facilitar la autonomía, reforzar los vínculos familiares, y actuar cuando los seres queridos no están presentes.
Arkeo no sustituye a una persona, pero puede estar ahí cuando más se necesita: escuchando, estimulando, motivando, acompañando. Es una forma de tejer una red invisible de apoyo que mejora el bienestar emocional y cognitivo cada día. - ¿Habéis tenido en cuenta las opiniones de las personas mayores durante el desarrollo de Arkeo? ¿Cómo han influido en el diseño final?
Sí, absolutamente. Antes de empezar a desarrollar Arkeo, hablé con varios centros geriátricos, incluido el que atendía a mi abuelo, para comprender mejor las necesidades reales de las personas mayores desde el terreno. Esa etapa inicial nos permitió alinear nuestra visión con las realidades del cuidado diario.
Además, tenemos previsto realizar un piloto en los próximos meses, que será clave para recoger datos reales y mejorar tanto el diseño como la interacción de Arkeo. Queremos observar cómo se comporta en situaciones cotidianas, escuchar a los usuarios y ajustar cada detalle para que el robot se adapte verdaderamente a sus ritmos, sus gustos y su forma de comunicarse.
Nuestro objetivo es claro: que Arkeo no solo sea útil, sino también querido. - ¿Cuáles serán, por tanto, vuestros próximos pasos ahora, con Arkeo?
Nuestro objetivo a corto plazo es lanzar la primera demo pública en los próximos meses y comenzar con pilotos controlados que nos permitan recoger datos reales, mejorar la interacción y adaptar el producto a las necesidades concretas de los usuarios.
Paralelamente, estamos en búsqueda activa de financiación para poder escalar el desarrollo técnico y comenzar la producción de las primeras unidades.
En cuanto a la expansión, en una primera etapa nos centraremos en España y Europa, donde el envejecimiento de la población y el aislamiento social son desafíos urgentes y crecientes.
A medio plazo, además de seguir desarrollando funcionalidades como la detección de caídas o la integración con dispositivos médicos, queremos lanzar una versión más familiar de Arkeo, pensada para conectar a toda la familia — abuelos, hijos y nietos — y reforzar los vínculos intergeneracionales desde casa.
Nuestro sueño es que Arkeo se convierta en un nuevo miembro del hogar: cercano, útil y querido. - En FiraGran presentaréis Arkeo al público. ¿Llevaréis algún prototipo, se podrá probar?
Vamos a hacer todo lo posible para llevar un prototipo funcional a FiraGran. Sabemos lo importante que es que las personas puedan ver, escuchar y hablar directamente con Arkeo para entender su valor real.
Aunque todavía estamos en fase de desarrollo, nuestro objetivo es que esta primera demostración marque el inicio de una relación cercana con el público, donde podamos recibir impresiones reales, despertar emociones y comprobar cómo se percibe el robot en entornos cotidianos.
Queremos que sea una experiencia directa y humana, porque creemos que la mejor forma de entender lo que Arkeo puede aportar… es dejar que lo haga.
Además, en FiraGran queremos escuchar, aprender, emocionar. Buscamos conectar con familias, profesionales, instituciones, y sobre todo, con las personas mayores. El Salón es el espacio perfecto para demostrar que el futuro de la tecnología también puede ser humano, cálido y accesible. - Finalmente, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a las familias que buscan maneras de ayudar a sus seres queridos a combatir la soledad no deseada?
La soledad no es solo una emoción, es un factor de riesgo real para la salud física y mental. Y lo más triste es que muchas veces pasa desapercibida. No siempre podemos estar presentes físicamente, pero sí podemos hacer algo para que nuestros seres queridos se sientan acompañados, valorados y conectados.
Arkeo no sustituye el cariño ni la familia, pero puede ser esa presencia constante que escucha, que cuida y que recuerda cada día a las personas mayores que siguen siendo importantes.
Más del 60 % de los problemas neurocognitivos pueden prevenirse con algo tan simple —y tan esencial— como la interacción diaria. Así que animo a todos a unirse a nosotros por un futuro donde envejecer sea algo que se viva con dignidad, alegría… y una sonrisa.