- Las crecientes comisiones que aplican los bancos se suman a la lista de agravios de los más vulnerables entre los mayores de 65 años
- Particulares, asociaciones y clientes organizados en las redes sociales reclaman el retroceso de los cargos y una cultura bancaria más humana
Desde que enviudó, la salud de I.B. empeoró rápidamente y con 82 años se vio obligada a dejar su piso de alquiler social para ingresar en una residencia con un grado de discapacidad 3. Cuando faltaban pocos días para que el banco le cobrara unas comisiones que equivalen al 10% de su exigua pensión mensual, sus familiares se dirigieron a la sucursal para exponer su situación de vulnerabilidad. La respuesta: el ordenador no permite anular las comisiones en este tipo de cuenta; la única solución es abrir otra cuenta ‘online’. Cuatro días después, a I.B. le cobraron el importe íntegro de las comisiones.
En unas oficinas afectadas por eres masivas, el argumento de la denegación informática es habitual y en muchos casos los usuarios, sobre todo los más mayores, no tienen las herramientas para contra argumentarlo.