Un 20% de los ancianos consumen más de tres fármacos. De esta sobreabundancia, a veces no del todo controlada ni siquiera necesaria, se dice polimedicación. Varios expertos han alertado de su riesgo para la calidad de vida de las personas mayores y el propio Departamento de Salud busca sistemas de racionalización que no siempre resultan fáciles, en especial cuando los abuelos viven solos. La Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (ACRA), que agrupa el 70% de las entidades que ofrecen recursos de atención a la gente mayor, presentó ayer un estudio, realizado a un millar de usuarios de 21 residencias, que quiere contribuir a mejorar esta problemática.

El doctor Toni Andreu, director de estrategia de ACRA y coordinador del estudio, explicó que “la reducción más importante se da en aquellos fármacos relacionados con patologías en que los hábitos de vida saludables tienen un papel fundamental”.
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