La detección de un brote de sarna en un geriátrico de Barcelona el pasado verano destapó un malestar que las familias de los usuarios de algunas de las residencias de la ciudad llevaban mucho tiempo manifestando en la calle y en los despachos de la Generalitat. Por entonces, las malas condiciones de algunos centros y el deficiente servicio que se prestaba a las personas mayores ya era un asunto que estaba bajo la lupa del Síndic de Greuges.

Ocho meses después del escándalo, la situación “ha mejorado”, reconoce José Luis Olivé, representante de la Plataforma SOS Gent Gran Barcelona-Viure amb dignitat.

“Es inaceptable que los ancianos se hayan convertido en rehenes de la situación política”

Entre las mejoras que los familiares han acordado con la Generalitat se incluye disponer de enfermera en el turno de noche, lo que resulta vital para prestar el servicio adecuado a unas personas cada vez más deterioradas. Cabe tener en consideración que las listas de espera para ingresar en una residencia pública son muy largas en Catalunya, lo que implica que las personas que acceden finalmente a los servicios son cada vez más mayores y están en una situación de dependencia más grave.

Fuente: http://www.lavanguardia.com

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