Actualmente hay tres en marcha, en Sant Feliu de Guíxols, Sant Hilari Sacalm y Barcelona, que, como pioneros que son, están encontrando muchas trabas.
Joan y Josep abren la puerta de un antiguo hotel de Sant Feliu de Guíxols y atraviesan los restos del bar de este establecimiento turístico, cerrado desde hace unos años. Van hacia la septuagésima, y enseñan el que será casa suya.
Los dos forman parte de el proyecto de vivienda cooperativa sénior Walden XXI, de la cooperativa Techo Cívico.
Hace dos años compraron este hotel por dos millones de euros. Para hacerlo, los socios tuvieron que aportar 45.000 euros al proyecto, un dinero que se recuperan si marchan o se mueren, y ahora buscan financiación de los bancos para poder empezar las obras.
Calculan que tendrán un coste de cinco millones de euros.
Conseguir el crédito los está costando porque los bancos no conocen este modelo y los da miedo que no lo puedan volver a causa de la edad, a pesar de que la propiedad es de la cooperativa y no de los particulares, y cuando algún socio muera el resto continuarán pagando.
Pero son pioneros y todo son dificultades, incluso conseguir licencias de los ayuntamientos.
Unas dificultades que encaran con energía e ilusión, porque tienen claro que no quieren vivir en casa solos ni a una residencia, donde dicen que se los infantiliza, como explica en Josep Maria Ricart.
“Por mí es un cuartel donde funcionan a toque de campana. Nos tratan como un niño, a nosotros, que hemos sido empresarios, maestros, psicólogos y tenemos 70 años. Esto no lo queremos y estamos cambiando el sistema para hacer un modelo autogestionado y decidido por nosotros.”
Y sobre todo, quieren combatir la soledad y compartir al máximo sus vidas y esto lo hacen diseñando ellos directamente los espacios donde vivirán, donde destacan muchos más espacios compartidos que en otros proyectos de cooperativas de cohabitatge.
Para más información: https://www.ccma.cat/324/primeres-cases-cooperatives-per-a-gent-gran-a-catalunya-som-una-petita-revolucio/noticia/3180860/
