• Neumocócica

    Se aconseja administrarla como mínimo una vez a partir de los 65 años. Las infecciones respiratorias son más habituales durante el invierno y al empezar la primavera. Las personas de más de 65 años, entre otros grupos, tienen más riesgo de infección. Esta susceptibilidad tiene que ver con el envejecimiento del sistema inmunitario.

  • Antitetánica

    Se aconseja administrar una dosis de recuerdo cada diez años. El tétanos es una enfermedad infecciosa aguda que afecta al hombre y a varias especies animales. La multiplicación del germen se produce en ciertas heridas y no se transmite de persona a persona.

  • Gripe

    Se aconseja administrarla anualmente a comienzos del otoño. La gripe se considera una enfermedad benigna producida por un virus, pero las complicaciones que produce tienen consecuencias para la salud en ciertos grupos de riesgo: el de las personas de más de 65 años y las que tienen problemas respiratorios. Hay que vacunarse cada año, puesto que se producen cambios en el virus y para que la vacuna sea eficaz hay que adaptarla a estos cambios.