Las pérdidas auditivas pueden estar causadas por alteraciones en la oreja externa, media o interna, en el nervio auditivo o en los centros auditivos cerebrales, o bien por una mezcla de alteraciones en algunas de estas estructuras.

En las personas mayores suele aparecer la presbiacúsia, que es la pérdida de audición cuando hay ruidos de fondos o cuando el volumen de la persona que habla es bajo.

Las pérdidas auditivas provocan dificultad para la comunicación interpersonal, sobre todo cuando se está en grupos grandes en los que la comunicación es más difícil. Algunas personas con problemas auditivos pueden retirarse lentamente de las actividades que impliquen comunicación verbal como las actividades de ocio. En este tipo de actividades se aumenta la posibilidad de aparición de sentimiento de frustración, paranoia, tristeza, aislamiento, conflictos familiares, agresividad, etc.

La seguridad personal se puede ver amenazada sobre todo si la persona sufre una pérdida auditiva moderada o intensa y vive sola.

Se recomienda:

  • Es importante revisar las orejas para detectar la presencia de tapones de cera que empeoran la audición o algún otro tipo de problema.
  • Para mejorar la comunicación hay diferentes técnicas como la de escoger lugares para conversar muy iluminados, con buena calidad de sonido, evitar gritar a la persona, utilizar una expresión normal (puesto que una pronunciación y expresión exagerada puede resultar menos entendedora), llamar la atención de la persona antes de empezar a hablar, etc.
  • Los audífonos pueden mejorar considerablemente la audición, a pesar de que en algunas personas pueden provocar molestias.